Un plano aberrante (también llamado plano holandés) es el que tiene un ángulo de cámara alocadamente inclinado, en el cual el eje vertical de la cámara está en ángulo con respecto al eje vertical del sujeto. Esto tiene como resultado una inclinación de la imagen de la pantalla con lo cual esta se desliza diagonalmente, quedando desequilibrada. Tales imágenes inclinadas deben ser usadas con discreción o pueden apartar al público de la narración. Estas se deben reservar para las secuencias en las que se necesitan efectos extraños, violentos, inestables, impresionistas o de cualquier otro tipo innovador.
Un personaje que ha perdido el equilibrio, o que está borracho o delirando, o en un estado emocionalmente muy fuerte, puede ser mostrado mucho mejor con un plano inclinado o con una serie de planos inclinados, quizás en parejas de inclinaciones opuestas, con lo que el público se dará cuenta de que éste se está comportando irracionalmente. Estos planos pueden ser combinados con planos subjetivos de punto de vista en los que el personaje inestable ve a los otros o los acontecimientos en una serie de planos inclinados desequilibrados.
El origen del nombre viene de la palabra “deutsch”(Alemán), este tipo de plano se usó con reiteración en el cine expresionista alemán de los años 30 y 40 pero con el tiempo se confundió con el término “dutch”(Holandés) y culmino como Dutch Angle, sin embargo su origen es esporádico. 1 Es famosa la utilización del Dutch Angle en la película “El tercer hombre” (“The Third Man”, 1949) para enfatizar la degeneración del malvado personaje interpretado por Orson Welles.
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Harann Productions. Se puede utilizar el ángulo de inclinación holandesa para filmar el plano de un actor emocionalmente muy turbado. Se puede utilizar una serie de planos como éste con inclinaciones opuestas para conseguir un efecto mayor.
Un ángulo de inclinación holandesa de un edificio produce una visión impresionista, un tratamiento inusual adecuado para una secuencia de montaje.
RECUERDA:
Nunca se debe inclinar la cámara sólo levemente fuera de nivel, porque la imagen ligeramente inclinada resultante puede parecer accidental. Una inclinación no adecuada podría desvirtuar la imagen, con un efecto incómodo que no consigue su objetivo
Las catástrofes naturales o provocadas por el hombre, tales como un accidente, un incendio, un tumulto, una pelea, el hundimiento de un barco o un terremoto, pueden utilizar ángulos de cámara inclinados para mostrar al público violencia o sensación de caos extremo. Estas escenas son mucho más efectivas si son precedidas por planos estáticos, tranquilos y calmados que hacen creer al público que todo está bien. Por ejemplo, una secuencia filmada tranquila, estática y lentamente en un museo de arte podría, de repente, convertirse en un pandemónium incontrolado mediante el inserto repentino de un plano inclinado de un hombre que entra corriendo por una puerta y grita: «¡Fuego!». En el resto de la secuencia se podría emplear una serie de planos inclinados para mostrar el pánico de los visitantes del museo atrapados. Se pueden enfatizar los efectos del montaje utilizando inclinaciones opuestas de derecha e izquierda, por parejas, y moviendo a los actores en direcciones opuestas.
Se pueden utilizar también los planos de ángulo holandés en secuencias de montaje para crear una impresión global de paso de tiempo o de espacio. Los planos cortos de relojes, calendarios, pies en movimiento, ruedas girando, silbatos de barco, etc. pueden ser anguladas de una manera inclinada. Se puede utilizar una serie de planos de ángulos inclinados en películas de investigación, industriales, publicitarias, de ingeniería o documentales similares que requieren una descripción dinámica de una gran cantidad de acción en pequeños fragmentos, que muestran pequeñas observaciones de los sucesos. De esta forma, se pueden mostrar, con un tratamiento inusual, el ensamblaje de un automóvil, el manufacturado y empaquetado de un nuevo producto, o los numerosos experimentos que acarrea la creación de un hilo sintético. Varios o todos estos planos en ángulo inclinado muestran la situación intensamente. Los pares de planos inclinados opuestos deben emplear el mismo grado de inclinación en el opuesto.
En escenas sin movimiento, el Plano Aberrante genera una sensación psicológica de inestabilidad que ayuda a dar más fuerza a un acontecimiento inquietante. No hace falta que el espectador conozca la técnica. Si está bien hecha funciona de manera incluso subconsciente, aunque a veces se abusa demasiado del truco.
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