Tratamiento digital de la imagen
Tendremos que digitalizar cada una de los fotogramas con un escáner o CCD de alta resolución, tratar la imagen con alguno de los muchos softwares existentes y volver a pasarla a formato fotoquímico mediante un grabador laser que tiene tres rayos, cada uno de los cuales emite uno de los colores primarios (rojo, verde y azul), y que imprime fotograma a fotograma una película virgen negativa. Esta película virgen tendrá que pasar por el proceso de revelado y positivado o telecinado según necesitemos para el montaje.
El corte del negativo
A continuación tenemos que generar las listas de corte de negativo para cada bobina, que Avid nos va realizar automáticamente. A través del key code impreso en cada una de las imágenes de los telecines a partir de los cuales hemos realizado el montaje, Avid realiza las listas indicando por donde se ha de cortar el negativo. Genera varios listados con toda la información ordenada convenientemente: Assemble List (para todos los empalmes a corte), Optical List (para los efectos ópticos de laboratorio como fundidos o encadenados), Dupe List (para los fotogramas repetidos), etc. También nos permite grabar dichos listados en un archivo informático con la extensión CTL que tendremos que grabar en disco para entregarlo al laboratorio. Por último también tendremos que entregar una copia de la edición montada en Avid volcada a soporte video.
Con todo ello el laboratorio pone en marcha el corte del negativo que se realiza una forma automatizada a través de un software que interpreta los archivos CTL entregados y llevando un seguimiento minucioso a partir de las listas y el video.
Si no hemos realizado el montaje en Avid (u otro software que genere las listas automáticamente) este paso se vuelve muy laborioso y largo. Tendremos que ir corte a corte, de forma mecánica, apuntando en un listado ordenado, la duración de cada segmento de los planos, el key number de comienzo y fin del mismo, el rollo de cámara o laboratorio al que pertenece y también el TC de comienzo y fin correspondiente a los planos brutos del telecine y los correspondientes a la línea de tiempos de la edición.
Edición de sonido
Tendremos que realizar distintas ediciones de sonido en función de los distintos formatos en los que la película vaya a ser distribuida. Para la exhibición en cine necesitaremos una mezcla en Dolby , u otros sistemas digitales multi canal, y otra mezcla stereo para los cines que no tengan sistemas digitales. Para televisión y video VHS sirve la misma mezcla stereo anterior y para DVD necesitaremos otra edición de Dolby , distinta de la destinada a los cines ya que el decodificador trabaja de una forma distinta en cada formato. Esta mezcla también se puede codificar en sistema DTS. Lo normal es usar un software de edición de audio de los muchos que existen en el mercado. Nos basaremos en Pro Tools por ser el más extendido en la producción cinematográfica y por su compatibilidad con Avid.
El trabajo en Pro Tools
Pro Tools es el sistema de edición de Audio de Digidesigns , que es una empresa del grupo Avid. Los dos softwares han sido desarrollados conjuntamente durante muchos años y tienen una gran compatibilidad e interoperatividad entre ellos.
Todo el trabajo de sonido ya hecho en Avid en cuanto a el montaje de los planos uno detrás de otro y los niveles básicos de ganancias (sumar o restar decibelios según haya quedado el sonido original grabado en cada momento), podemos importarlos a Pro Tools y no hace falta volver a hacerlo. También podremos conservar el trabajo de ecualización si se hubiese hecho pero normalmente esto se deja para Pro Tools que tiene ecualizadores más potentes.
Se importa la línea de tiempos y solo hay que volver a capturar las fuentes originales ya sean de los DAT o del sistema utilizado. Pro Tools nos va a permitir editar el audio de un forma más potente que Avid pudiendo trabajar incluso a 96kHz y hacer ajustes con una precisión superior a la del frame, esto es menor que 1/25 segundos.
Es en este momento donde se realizan ajustes muy finos de ecualización del sonido para cada plano cuidando la calidad y el tono de cada instante de la película. Se añadirán también todos los efectos sonoros como los sonidos de las puertas que se abren o cierran, los pasos de las personas y sonidos ambientales como por ejemplo cantos de los pájaros de un parque o el ruido de tráfico si estamos cerca de una carretera. Estos sonidos los obtendremos de las muchísimas bibliotecas de que están editadas en el mercado y de grabaciones propias que realizaremos en sala si los sonidos de biblioteca no se ajustan a nuestras necesidades. Se pueden utilizar distintas técnicas que tienen que ver con el uso de elementos naturales. Por ejemplo, el efecto de un fuego ardiendo se puede hacer arrugando y desarrugando un plástico duro que da ese sonido.
También podemos generar infinidad de efectos sonoros ya sea a través del propio software o con periféricos generadores de efectos conectados al sistema. Efectos de eco, reverberación, distorsiones de todo tipo, etc.
Todo este trabajo derivará en las distintas ediciones que necesitamos para los distintos formatos: stereo, Dolby, DTS, THX, etc.
Edición en stereo.
Solo dos canales: izquierda y derecha. Esta edición servirá para la distribución en video y también para los cines que aunque también tengamos una edición digital multicanal necesitaremos incluir en las copias de distribución también la edición stereo en sonido fotográfico, ya que todavía existen muchos cines de ciudades pequeñas o barrios que no tienen instalados sistemas multicanal. Curiosamente en muchos de estos cines se celebran festivales ya que las salas más comerciales y mejor equipadas no suelen ceder sus instalaciones para eventos de este tipo.
Sonido digital
Sistemas de hasta ocho canales de sonido digital independientes, con los que se consigue una sensación envolvente en las salas de cine o sistemas Home Cinema. Los sistemas para las salas de cine son Dolby Digital y Dolby Digital Sourround EX, THX, DTS (Digital Theater Systems), y SDDS (Sony Dynamic Digital Sound). Pueden reproducir hasta 8 canales totalmente independientes entre sí (7.1): Izquierdo, Izquierdo Central, Central, Derecho Central, Derecho, Subwoofer, Izquierdo Trasero y Derecho Trasero.
Necesitaremos una licencia del sistema elegido (en España lo más habitual es Dolby) por lo que tendremos que ponernos en contacto con dicha casa. Nos enviarán un técnico provisto de un codificador que necesitaremos tener durante todo el tiempo que realicemos la edición.
También es necesario tener una sala equipada con el sistema de altavoces de canales independientes en la que podamos escuchar el trabajo a medida que lo llevamos a cabo. Se trata de salas equipadas con proyectores de cine en los que iremos cargando las bobinas, remoteados y sincronizados con una mesa de mezclas de forma que podemos ver la imagen de la película a medida que vamos editando el sonido. Para ello tendremos que encargar al laboratorio fotográfico una copia positiva de cada bobina.
Antes de alquilar la sala para la edición multicanal habremos preparado todo el material en Pro Tools muy minuciosamente y sabremos de ante mano que va a ir cada uno de los canales si queremos reducir el tiempo y por lo tanto el coste del alquiler de la sala. Es probable que una vez echa la mezcla en la sala no nos guste el resultado al escucharlo en las condiciones reales que habrá en los cines y tendremos que hacer cambios sobre lo previsto por lo que necesitaremos tener a mano todas nuestras bibliotecas de sonidos y opciones alternativas preparadas para los distintos momentos de la película.
Dolby suele dar licencias gratuitas para los cortometrajes pero las horas de sala y uso de equipos siguen siendo muy caros.
Fotografiado del sonido.
Ahora debemos convertir el sonido digital que hemos elaborado en Pro Tools a un formato óptico que podamos incorporar en las bobinas de proyección de soporte fotoquímico. O sea, tenemos que fotografiar el sonido. También existen algunos sistemas para incorporar el sonido al celuloide pegando una cinta magnética en el mismo sobre la que va registrado el sonido pero su uso está muy poco extendido.
Lo habitual son los nuevos sistemas de sonido digital, o el sonido óptico de toda la vida. En este caso se trata de reproducir el sonido conectado a un aparato provisto de una pequeña bombilla que emite mayor o menor intensidad de luz en función de la mayor o menor intensidad del sonido. Este pequeño destello es fotografiado de forma continua sobre un soporte igual al de la película (35mm 16mm, etc.) Realizando una gran cantidad de estas pequeñas muestras por segundo obtenemos un dibujo de la “forma del sonido” impreso sobre el celuloide. Se trata de las bandas negras que atraviesan longitudinalmente la película acompañando a los fotogramas. Podemos tener una banda para sonido mono o dos para stereo. Mediante este sistema no podríamos incorporar más canales ya que físicamente no hay más espacio en el celuloide.
Para los sistemas digitales el registro del sonido en el celuloide va en unas pequeñas manchas que ocupan la única superficie vacía que existía en el mismo cuando se inventó el sistema: los espacios entre las perforaciones. Como único lugar disponible para registrar nueva información se fotografían unos pequeños cuadritos que aunque son uniformes para el ojo humano tienen la información de unos y ceros suficiente para reproducir tal cantidad de pistas con gran calidad.
Película con sonido analógico impreso |
Película con sonido analógico y digital impreso |
Ya sea en óptico o en digital de esta forma lo que tenemos es un negativo del sonido en soporte celuloide que, por supuesto, una vez impreso hay que revelar. Más tarde sobrepondremos este negativo de sonido al negativo de imagen para obtener copias con ambos.
Etalonaje fotoquímico
Proceso en el que el negativo rodado se ajusta en color y densidad en un analizador de color (Color Master), de forma que el positivo responda a las necesidades gustos, o criterios artísticos del director de fotografía. A partir del material negativo se ajustan los parámetros de rojo verde y azul para marcar una densidad y color adecuados. El etalonaje consiste, además, en igualar los diferentes planos que forman una película para que no “salten” visualmente, ya que nunca responden de manera uniforme, aunque hayan sido rodados en condiciones similares. La figura del etalonador es importante puesto que es el nexo de unión del director de fotografía con los procesos de laboratorio, y es su persona de confianza para los trabajos que va realizando.
Necesitaremos realizar un etalonaje para las copias en cine y otro distinto para la copia master telecinada en video ya que el tratamiento del color tiene características muy distintas para un formato y otro.
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