El método más simple para obtener una continuidad de plano a plano, particularmente cuando se filma sin un guión, es solapando la acción al principio y final de cada plano. En esta técnica de rodaje, también conocida como insertar la cámara, el director y operador piensan en tres planos consecutivos, sin tener en cuenta el número de planos a filmar.
La técnica de toma triple exige que la acción que ocurre al final del primer plano, como el coger una herramienta cortante, sea repetida al principio del segundo plano.La acción continúa en plano medio al entrar la herramienta en el encuadre. La escena avanza hasta que el maquinista comienza a colocar el borde cortante de la herramienta. La acción al final del plano medio es repetida al principio del primer plano. |
Se ha de usar el plano general para establecer la geografía del escenario. Es aconsejable reesfablecer el plano general siempre que se haya de reorientar al público, a causa de grandes cambios en las posiciones de los actores. |
Se ha de repetir el movimiento del final del plano anterior al principio del plano siguiente. Se ha de hacer coincidir cuidadosamente la acción para que el montador pueda cortar en movimiento. |
La acción que se solapa de un plano al siguiente ha de ser llevada a cabo exactamente de la misma manera para garantizar un buen montaje. |
El ensamblaje de una unidad compleja, como el satélite espacial Explorer XII, puede ser filmado con la técnica de solapamiento de toma triple. |
La acción al final del primer plano se repite al principio del segundo y la acción al final del segundo plano se solapa al principio del tercer plano. La técnica de toma triple es muy simple en la práctica. El operador necesita sólo tomar como referencia el final del plano anterior y repetir una pequeña porción de la acción para que case con el principio del plano que se está filmando. Entonces, se tiene en cuenta el final del presente plano para que su acción final pueda solaparse sobre el principio del plano siguiente.
Este procedimiento en cadena nos da una serie de imágenes entrelazadas, planificadas para dar la impresión de acción ininterrumpida en el montaje. Solapar la imagen garantiza una continuidad perfecta, porque las acciones pueden ser cortadas y pegadas. La triple toma automáticamente preserva la continuidad, ya que obliga al operador a ser constantemente consciente de la acción al principio y final de cada plano, y elimina las posibilidades de saltos de montaje causados por acciones que faltan o mal integradas entre los planos.
Mientras que la parte central de la escena es muy importante para el objetivo de la narración, el principio y el final de cada plano causan la mayoría de los problemas de montaje. Por lo tanto, no es el centro de la acción durante el plano lo que debe ser más atentamente observado sino los movimientos al principio y final de cada plano que deben integrarse en la acción que delimita dicho plano.
Las películas se presentan en secuencias, no en planos. Mientras que los planos individuales tienen sus propio valor, cada uno ha de ser considerado como una porción de una secuencia, que a su vez sirve para que avance la historia. Una serie de planos debe estar convenientemente entretejida formando una secuencia coherente, sin saltos que distraigan o roturas en la continuidad. El público debe ser ligeramente consciente de los cambios del ángulo de la cámara y del tamaño de la imagen. Como en la vida real, las secuencias deben aparecer como un flujo de movimiento continuo, desde el principio hasta el final. Aunque es permisible el engaño tanto en el tiempo como en el espacio durante la filmación y el montaje, dicho engaño no habría de ser aparente para el público.
COMO USAR LA TÉCNICA DE TOMA TRIPLE
Se puede usar la técnica de toma triple sólo en acciones controlables, que el operador puede comenzar y parar arbitrariamente. Mientras que esto generalmente requiere una única cámara, se pueden utilizar múltiples cámaras a veces para filmar ángulos adicionales, acciones difíciles o que llevan mucho tiempo, o, incluso, acciones que son imposibles de repetir. Se pueden filmar de esta manera tanto las películas de ciencia ficción como los documentales con la seguridad de que casarán todos los planos.
La técnica de toma triple exige el pensar de tres en tres. Según avanza la filmación, el operador piensa en el último plano y en el plano siguiente, antes de filmar el plano presente.
Primero, el operador debe familiarizarse con la secuencia haciendo que los actores hagan los movimientos de toda la acción desde principio a fin, sin interpretar realmente. Si un mecánico ha de ensamblar un motor a propulsión, debe explicar el trabajo paso a paso para familiarizar al operador con la operación. Un análisis detallado del trabajo y de los movimientos del mecánico sugerirán los tipos de planos necesarios para los varios pasos, los ángulos de cámara que mejor mostrarán la acción y dónde parar la cámara para solapar la acción.
Normalmente es mejor empezar y acabar la secuencia con un plano general. También es más aconsejable reestablecer el plano general siempre que haya que reorientar al público, a causa de un cambio en la posición del mecánico en relación con el motor, o la introducción de nuevas herramientas o por otras razones narrativas. Si la cámara permanece en planos bastante cerrados, el público en seguida se pierde y olvida dónde se está desarrollando el trabajo en curso. La cámara debe comenzar lo suficientemente alejada para coger un plano completo desde un ángulo más alto. Entonces la cámara debe acercarse y descender hacia un lateral para tomar los planos medios y los primeros planos.
Estableciendo y reestableciendo la escena con planos generales, describiendo el corazón de la acción en planos medios y enfatizando las partes importantes con primeros planos se conseguirá una buena continuidad. Los planos más cercanos se utilizarán automáticamente siempre que la acción se concentre en un área más pequeña. Los planos más cerrados satisfacen la curiosidad del público por ser una mirada o vistazo más íntimo.
Es natural observar la acción desde lejos primero y después acercarse al sujeto según aumenta el interés. Esto es igualmente cierto tanto si observamos lugares, como objetos o personas. Se muestra primero a los actores en plano general en relación con el decorado, después en planos más cerrados y finalmente en primeros planos, según dichos intérpretes se relacionan los unos con ios otros, intercambian diálogos o desarrollan alguna acción. Las ciudades se ven primero globalmente, después se exploran calle a calle y edificio a edificio. Los objetos se observan en relación con lo que les rodea, o como partes de un grupo más amplio y entonces, quizás, individualmente.
Obviamente es mejor cortar después de completar un movimiento, tal como abrir una puerta, sentarse en una silla, recoger una herramienta, moverse a una nueva posición, etc. Entonces se repite todo el movimiento al principio de plano siguiente desde un nuevo ángulo de cámara. Así pues, el montador tiene un gran abanico de opciones de montaje, ya que puede cortar antes o después del movimiento, o cortar la acción durante el movimiento. No se deben interrumpir ciertos movimientos por corte, porque se puede interrumpir el flujo natural de la acción. Sin embargo, un corte entre planos normalmente se lleva a cabo en movimiento para tener un efecto visual más suave. El movimiento hace el corte menos evidente, ya que el espectador está mirando la acción y será menos consciente de un cambio en el tamaño de la imagen y/o el ángulo de la cámara.
El operador debe solapar todos los movimientos y no, intentar decidir el montaje durante la filmación. Tales decisiones tienen mejores resultados si se toman en la mesa de montaje, donde se pueden estudiar varias posibilidades para conseguir las mejores soluciones visuales. El operador debe solapar los movimientos completos al final y principio de planos consecutivos. Por ejemplo, un individuo se puede sentar al final de un plano medio pero también se ha de sentar al principio del siguiente primer plano estático. Un trabajador puede recoger una herramienta en un plano general pero también habrá de recogerla en el siguiente plano medio.
El operador debe estar seguro de que se realiza la acción exactamente de la misma manera cada vez: sentándose de la misma forma, extendiendo la misma mano, girándose de la misma manera, mirando en la misma dirección. Las partes de la acción solapadas son inútiles, si no se repiten de la misma manera. El montador no puede hacer un buen montaje con acciones que no casan. Los actores profesionales entienden este problema completamente y se puede confiar en que repetirán sus acciones exactamente cada vez. Los actores no profesionales y la plantilla de una fábrica, los técnicos de un laboratorio, los ingenieros y otras personas escogidas para actuar en un documenta!, deben aprender a repetir sus acciones exactamente de la misma manera y se debe estar muy seguro de que lo hacen así.
Si no hay un movimiento perceptible entre la gente que aparece en el plano, o si un individuo está realizando una tarea en solitario, es mejor congelarlo en tal posición en los intervalos apropiados, y mover la cámara a un ángulo predeterminado antes de continuar filmando. Tal «congelación y descongelación» debe ser llevada a cabo con destreza ya que interrumpe el flujo natural de la acción, y puede parecer extraña cuando se monta. Esto se puede realizar mucho mejor si el operador y los intérpretes hacen todos los movimientos previamente para que se pueda disponer cuándo se pone en marcha y se apaga la cámara, y se puedan decidir los ángulos de la cámara para las diferentes partes de la secuencia. No se debe parar la cámara impulsivamente y no se deben decidir los movimientos de la cámara después de comenzada la escena, si no, el resultado será una gran confusión. Puede que los actores tengan que mantener posiciones congeladas por un tiempo indebido, mientras se esperan las decisiones del siguiente movimiento.
La técnica de toma triple requiere la mayor concentración del operador, si éste está filmando solo, o del director asignado para tal tarea. El operador o el director deben intentar desarrollar un proceso de «corriente de pensamiento», que proyecte la secuencia acabada en planos individuales en su mente antes de filmar. Sólo de esta manera puede visualizarse toda la secuencia y se pueden decidir las posiciones de la cámara y los actores apropiadamente.
Mientras que la técnica de toma triple es básicamente un método de filmación de cámara única, hay ocasiones en que se puede usar con éxito una segunda cámara para filmar un ángulo adicional o un inserto de un primer plano. Se pueden usar dos o más cámaras para una porción determinada de una secuencia, con lo que se podrán registrar todos los planos necesarios simultáneamente. Se puede necesitar una operación difícil y costosa para ensamblar una parte complicada de una máquina; una demostración extensa puede requerir un proceso sin interrupción; es posible que un motor de un cohete sólo pueda ser disparado una vez. En tales circunstancias se obtiene una cobertura adicional únicamente usando otra cámara para filmar planos extra.
LAS VENTAJAS DE LA TÉCNICA DE TOMA TRIPLE
La técnica de toma triple permite una mayor libertad al filmar porque se puede dividir la acción en pequeñas partes e improvisar si es necesario según avanza el rodaje. Sólo se necesita que casen los principios y los finales de plano con lo que se evita la repetición de la secuencia entera. Los gastos se reducen a sus mínimos y se consigue una mayor proporción de película expuesta que después será utilizada en el montaje final. De esta manera se hace mucho más sencilla la filmación improvisada de acciones largas o difíciles ya que el operador necesita preocuparse sólo de tres planos al mismo tiempo. Si se solapan todos los planos apropiadamente y se consigue que case la acción, los problemas de montaje se reducen a un mínimo.
Si se comete un error en la acción, el operador deja de filmar, cambia de ángulo y solapa la acción que transcurría justo antes de que sucediera el error. No se necesita repetir todo el plano porque se puede utilizar el metraje que tenemos hasta dicho error y sólo se tiene que descartar la acción defectuosa. Sólo se necesita repetir las acciones mal interpretadas.
La técnica de toma triple permite filmar la secuencia con una continuidad consecutiva, según avanza la acción. Muchas operaciones industriales, pruebas militares, ensamblajes de maquinaria y otros temas documentales similares presentarán pocos problemas si se filman de esta manera. Así, una maquinaria compleja no necesita ser ensamblada, desensamblada y reensamblada para conseguir planos más cercanos. No se necesita repetir una prueba, una demostración o un experimento químico, electrónico o mecánico completamente para conseguir tanto planos más amplios como más cerrados que casen posteriormente. Todo esto se puede filmar bajo el control del operador en orden cronológico según se lleva a cabo, si se tiene en cuenta que se puede parar el trabajo en cualquier momento, que el personal actuará como ha sido instruido y que solaparemos sus acciones para conseguir varios planos y ángulos.
Con la técnica de toma triple el operador obtiene más oportunidades de acercarse y moverse alrededor del sujeto y de filmar las escenas necesarias creando la menor molestia posible a los que están siendo filmados. La filmación en continuidad preserva el flujo y el ritmo natural de un evento y es casi siempre mucho más sencilla para todos los actores no profesionales que no están familiarizados con los procedimientos de las producciones de películas profesionales.
LAS DESVENTAJAS DE LA TÉCNICA DE TOMA TRIPLE
Mientras que la técnica de toma triple permite la filmación de planos que casan perfectamente, este procedimiento puede hacerse un poco incómodo en los rodajes complejos improvisados. Dicha filmación puede dar como resultado un conjunto de ángulos de cámara extraños y caóticos, planos de varios tamaños y duraciones, cortes de plano que no casan, primeros planos y planos medios escogidos arbitrariamente y otros procedimientos insatisfactorios basados en decisiones de última hora. Para conseguir tanto un montaje como un tratamiento de la cámara y de la acción imaginarios previos a la acción a rodar en sí, se necesita mucha concentración y una planificación adecuada.
La filmación impulsiva puede crear errores. Si no se planifica apropiadamente la secuencia y se mueve frecuentemente la cámara simplemente para alejarse del ángulo anterior, el plano acabará siempre que haya un error y la duración de los planos individuales dependerá de hasta dónde pueden llegar los intérpretes sin cometer un error.
Si el operador se concentra exclusivamente en el movimiento que se solapa de escena en escena se puede privar a la acción de la escena de una atención apropiada. El resultado puede ser un metraje que casa perfectamente con un personaje sin vida.
Los cambios constantes de ángulo de cámara y de tamaño de imagen pueden ser llevados a cabo mucho más fácilmente al aire libre donde los problemas de luz solar son mínimos. Sin embargo, puede ser muy difícil mantener una continuidad de luz interior especialmente en los temas documentales ya que se puede tener que cambiar la luz en cada plano. Es necesario recordar que hay que mantener una iluminación coherente a lo largo de toda la secuencia siempre que hay un movimiento hacia delante o hacia atrás de la cámara para conseguir planos más amplios o más cerrados de la misma área general.
Si se tiene suficiente equipo de iluminación, no debe haber problemas con la luz en los planos generales. Se deben iluminar los planos más cercanos con otro equipo adicional para que al volver al plano general simplemente tengamos que reestablecer la iluminación original sin mover el equipo. Si se han de mover las luces, se deben marcar sus posiciones anteriores en el suelo con tiza o cinta adhesiva, para que se pueda volver a la disposición de las luces del plano general.
El operador, o el director, que filma acción improvisada sin un guión técnico que le guíe, tiene que conocer tanto las técnicas de filmación como las de montaje. Debe entender completamente el arte de engañar tanto en el rodaje como en el montaje, con lo que debe conocer instintivamente hasta dónde puede llegar a la hora de efectuar un cambio en la acción, los ángulos, las posiciones de los intérpretes, los accesorios y otros elementos cinemáticos. Así, él debe filmar escenas que casen cuando sean montadas.
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