PLANOS SEGÚN EL ÁNGULO DEL SUJETO RESPECTO A LA CÁMARA
Todo sujeto tiene tres dimensiones. Incluso los objetos planos,tales como el papel, tienen grosor.La gente, el mobiliario, las habitaciones, los edificios, las calles, todos tienen altura, anchura y profundidad. Todos son sólidos, tanto si tienen superficies redondas o planas, o combinaciones de ambas. Su solidez es más pronunciada cuando es observado de forma que se ven dos o más superficies. Siempre que un objeto presenta una única superficie a la vista o la cámara, se dice que es plano, ya que su profundidad no es aparente. Un edificio observado de frente muestra sólo su altura y anchura, no su profundidad. Tiene la apariencia de un frontal falso o un recorte de cartón. El mismo edificio observado desde un ángulo, dejando ver un lado, aparece tridimensional. A una persona vista de perfil le falta redondez. El modelado de una cara y un cuerpo se juzga mejor desde un ángulo que presenta ambos lados, el frontal y el lateral.
El volumen tridimensional es más pronunciado cuando se fotografían dos o más superficies. Obtenemos mejores resultados cuando angulamos la cámara en relación con el sujeto para que se vean dos lados y la parte superior o inferior.
El operador debe registrar un mundo tridimensional en una superficie fílmica bidimensional. Generalmente la solución se halla en angular la cámara con relación al sujeto, para que se grabe un efecto de profundidad. Hay muchas formas de conseguir la profundidad en una película: con la iluminación, el movimiento de la cámara y el actor, la perspectiva linear o aérea, el uso de objetivos de distancia focal corta, etc. Sin embargo, el método más efectivo para registrar la profundidad es escogiendo el ángulo de cámara apropiado. Los ángulos son el factor más importante a la hora de producir la ilusión de profundidad escénica.
A no ser que se requiera una angulación plana por razones narrativas, el operador debe esforzarse siempre por colocar la cámara en ángulo con el sujeto, preferiblemente de cuarenta y cinco grados, también llamado ángulo de tres cuartos. Tal angulación filma a la gente con volumen, y los objetos sólidos con dos o más caras, y crea líneas convergentes que producen perspectiva, sugiriendo tres dimensiones. Se debe evitar filmar frontal o lateralmente mostrando sólo la parte delantera y lateral de personas y objetos.
El moldeado facial es mejor cuando se gira el sujeto cuarenta y cinco grados hacia la cámara. Esto también se llama angulación de tres cuartos. Si están adecuadamente iluminadas, la parte frontal y lateral de la cara aparecerán redondeadas y podremos ver los dos ojos.
Mueva la cámara a un lado; mueva el mobiliario, los vehículos y los accesorios; para que se vean con tantas caras como sea posible. Angule la cámara para que se incline sobre una calle que converge en la distancia. Filme una habitación o un decorado de modo que se vean dos o más paredes. Esta regla tiene una o dos excepciones, cuando se prefiere un tratamiento frontal plano de sujetos tales como edificios públicos, escenarios, juzgados o interiores de iglesias. La mayoría de las veces vale más angular la cámara en relación al sujeto para obtener un efecto de volumen tridimensional.
Ferrocarriles de Santa Fe. Anguie la cámara de forma que las líneas paralelas disminuyan y converjan, preferiblemente hacia la derecha, para que los ojos del espectador se pierdan en la distancia. Si se filmasen estos vagones de mercancías frontalmente, parecerían un recortable plano, sin volumen ni profundidad.
La angulación de la cámara en relación con el sujeto presenta esta escena de guerra con mayor conflicto, a causa del dibujo diagonal de los jinetes, los soldados en primer término, sus rifles y sus espadas. La posición de la cámara en relación con las figuras y el escenario influye mucho en la composición del plano.
La angulación dinámica de este caza a propulsión produce un efecto más dramático que el que obtendríamos con un ángulo de nivel.
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